viernes, 22 de abril de 2011

Para mal y para bien


El visitante se convirtió en el habitante,
el dueño del espacio y del tiempo
quien bebió por la madrugada
hasta la última gota de sudor.
Llegando a ocultar la Luna
con abrazos y con besos;
invadiendo así de alegría la habitación.
Apagaba con un gemido los sonidos nocturnos
y que hacía a los grillos desaparecer.




http://www.youtube.com/watch?v=hVWHXpesBbw

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